Todo empezó por un registro en el facebook, aconsejado por colegas para comunicarme a traves de ese portal con mi grupo de amigos. Al perder la cuenta skype de un contacto en el extranjero, solo me quedaba la posibiladad de mandarle un mensaje a traves del dichoso facebook. Aí es cuando me di cuenta: y porque no creo mi propia pagina? dicho y hecho, ese mismo dia, me puse manos a la obra y ahora tengo mi "diario" particular. jajaja Me motivé! un abrazo a todos!

ACLARACION PARA LA OBSERVACION DEL CONTENIDO DE UN TEMA: CUANDO HAYAS LLEGADO A LA ULTIMA IMAGEN O COMENTARIO, PINCHA SOBRE "ENTRADAS ANTIGUAS" PARA PASAR DE PAGINA Y SEGUIR OJEANDO SOBRE EL TEMA SELECCIONADO.

jueves, 5 de marzo de 2009

nazismo

Mises destruye los sofismas marxistas y sitúa lúcidamente la responsabilidad de los cárteles primero, del nacionalismo agresivo y la guerra más tarde y de la inflación, la Depresión y el nazismo finalmente, en la combinación de los idearios intervencionista, socialista y de nacionalismo económico. En la obra que reseñamos queda bien claro que no fueron las inherentes tendencias del capitalismo las que produjeron la concentración de la industria alemana, sino la Sozialpolitik (la Política Social de Bismarck). La legislación laboral, los privilegios sindicales y los aumentos de costes derivados de los seguros sociales situaron los costes laborales a los que tenían que hacer frente las empresas alemanas a un nivel demasiado alto para poder competir en los mercados internacionales. Para un país exportador de productos manufacturados como Alemania, tal situación se convertía en enormemente peligrosa al ser susceptible de crear a la vez un fuerte desempleo laboral y la carencia de recursos económicos y divisas con los que adquirir las imprescindibles importaciones de primeras materias y alimentos. En este contexto, el gobierno de Bismarck optó por promover la cartelización de la industria alemana, así como la creación de monopolios públicos como los del carbón y la potasa. La combinación de cárteles y monopolios con altos aranceles proteccionistas tenía por objeto permitir a la industria alemana la discriminación de precios. De este modo era posible cargar precios superiores de monopolio en un mercado interior sobreprotegido, en el que había desaparecido la competencia, y vender por debajo de los costes reales en el extranjero. Con ello la legislación social la acababan pagando en realidad a través de unos precios más altos y una menor competencia, los mismos consumidores alemanes.
Von Mises nos explica que el defensor más representativo del neo-proteccionismo alemán fue Adolf Wagner. Éste venía sosteniendo que todos los países que exportaban materias primas y alimentos acabarían teniendo interés en desarrollar sus industrias nacionales.
Siguiendo a Wagner los políticos nacionalistas alemanes llegaron a la conclusión de que era necesario construir una gran flota para dominar el mar y supuestamente el comercio internacional. El proyecto pangermanista proyectaba reunir bajo un gran imperio a todos los alemanes de origen –entre los que se incluían flamencos, holandeses, eslovenos, eslovacos, austriacos y germano-suizos-, extender el imperio colonial por África (Marruecos, Camerún, el Congo belga, Tanzania, Namibia), por Asía con las colonias holandesas de Java y Borneo e incluso por América, creando en el sur de Brasil una colonia germana con los grandes asentamientos de alemanes que ya existían. Von Mises nos explica que Alemania no se embarcó en el proteccionismo y en la autarquía para poder hacer la guerra. Por el contrario, la guerra tenía que ser el corolario lógico de la deseada autosuficiencia. El intervencionismo económico es incompatible con el libre comercio internacional. Necesita de la autarquía si aspira a que sean las decisiones políticas y no el libre mercado las que conduzcan la economía. Fueron los socialistas de cátedra como Schmöller, Wagner y Sering los que convirtieron al pueblo alemán al pangermanismo belicista.
Los nazis acabaron conquistando el apoyo de la mayoría de los alemanes (clase obrera incluida). al presentarse con un programa tan popular como decidido, Los judíos sirvieron como chivo expiatorio tanto de la derrota en la guerra como de la crisis económica. Además al prometer a los tenderos, a los abogados, a los médicos, etc., la eliminación de los competidores judíos los nazis dispararon la codicia de mucha gente y supieron capitalizar el odio y el resentimiento contra una minoría fácilmente identificable.

No hay comentarios: